Las habilidades «blandas», Soft Skills por su nombre en inglés, son las competencias relacionadas con el comportamiento de la persona en un entorno laboral, en contraposición a sus conocimientos o «lo que sabe hacer».
Cuando una empresa se decide a ampliar su equipo, el equipo encargado de la contratación del nuevo talento tiene que definir las características del puesto y las competencias que deben tener los aspirantes.
Tradicionalmente se hacía desde el punto de vista de su formación, competencias técnicas o conocimientos.
Sin embargo, en la actualidad este proceso de reclutamiento y gestión del capital humano ya no es tan limitado a los aspectos técnicos del profesional.
Este asunto se maneja con una visión más integral, que toma en cuenta otras áreas humanas. Entre ellas, las llamadas “soft skills” son imprescindibles. Y es que no se puede montar un campamento sólido solo con conocimientos, necesitamos interactuar con personas para andar el camino y es ahí donde las soft skills entran en juego.
Nosotros lo tenemos clarísimo y es por ello que en nuestros bootcamps trabajamos también estas habilidades, para que nuestros alumnos puedan aportar todo tipo de valor a su futura empresa.
¿Quieres saber en qué consisten? ¡Sigue leyendo!
Se entienden por soft skills a aquellas cualidades personales que se requieren para tener éxito en el trabajo. Se relacionan directamente con los rasgos de la forma de ser y la mentalidad.
También se les conoce como habilidades o competencias blandas.
Estas cualidades determinan cómo una persona interactúa en sus relaciones con los demás, un aspecto muy valioso en los equipos de trabajo, que debe tomarse en serio.
Cada vez más las empresas quieren captar a las personas que no solo aportarán habilidades y experiencia, sino también otras cualidades para mejorar el entorno de trabajo y la colaboración.
Aquí te damos todas las claves para diferenciar ambas habilidades.
Son las habilidades y conocimientos que se pueden aprender y enseñar. Son, por lo tanto, cuantificables en gran medida.
Tradicionalmente han sido transmitidas en el aula o en el lugar de trabajo.
Ejemplos de hard skills en un currículum:
Son habilidades más subjetivas y, por lo tanto, difíciles de cuantificar. También llamadas «habilidades interpersonales», tienen que ver con cómo una persona se relaciona, comunica o interactúa con otras en todo tipo de situaciones.
Todas las soft skills aportan valor y los equipos de recursos humanos decidirán las más necesarias para un perfil o equipo determinado.
Comunicación
En cualquier trabajo, expresarse de forma clara por distintos medios es esencial hoy en día. Aquello de «es un poco difícil trabajar con esta persona, pero es que es excelente en su trabajo» ha sido superado hace tiempo. Afortunadamente.
A pesar de que los entornos de trabajo son cada vez más digitales, un equipo que se comunica de manera asertiva y eficaz logra resolver los obstáculos del día a día más fácilmente.
No hablamos de la creatividad artística. Pensar en soluciones diferentes, más creativas, es una soft skill muy valorada por las empresas.
Pensar de forma diferente a cómo lo hemos hecho anteriormente es esencial para no estancarse y para aprender a afrontar nuevos retos más eficientemente.
Ser asertivo es importante, al igual que lo es saber escuchar activamente. Con esta soft skill, las personas nos entendemos mejor y, lo que es de gran valor para las empresas, formamos conexiones en momentos clave.
La escucha activa es muy valiosa tanto en momentos de crisis (resolución de problemas) como cuando se reciben instrucciones. Poner toda tu atención y voluntad en lo que te están diciendo aporta un valor inmenso a tu trabajo.
Esta es, sin duda, una de las más buscadas, debido a cómo de complejo se ha vuelto todo en las últimas décadas.
Hay muchos estímulos y tareas que demandan nuestra atención, y la persona que sabe organizar, priorizar y saber decir que no, tiene una gran ventaja en el mundo laboral.
El estrés es una realidad y no se va a ir a ninguna parte. Algunas personas saben cómo manejarlo y otras… digamos que deben mejorar esa faceta. Y no solo para sus vidas personales, las empresas tienen mucho que ganar añadiendo a su equipo perfiles que sepan cómo tratarlo.
Esta soft skill es esencial para crear equipos y ambientes de trabajo cordiales, eficientes y positivos que sepan reaccionar adecuadamente a los problemas que puedan surgir.
Está muy relacionada con las anteriores soft skills. No todo el mundo es un líder natural, pero en el lugar de trabajo se necesitan líderes de todo tipo y en todos los niveles.
Las personas que, tanto naturalmente como de forma consciente, ejercen como líderes no solamente son capaces de gestionar su trabajo mejor, sino que estimulan a otras personas a hacerlo. Fomentan la colaboración, apoyan en momentos clave y sacan en general lo mejor de otros.
Esta sea, tal vez, una de las más subjetivas. Sobre todo porque tiene mucho que ver con la empresa donde se tenga que encajar. Al mismo tiempo, es imprescindible tanto para el empleado como para la empresa, porque se requiere estar alineados en muchos factores para conseguir las metas que nos marquemos.
El encaje cultural tiene un gran impacto en la productividad, el compañerismo y el compromiso. Además, será clave para conseguir un equipo motivado y cohesionado.
Sin contar, por supuesto, la rotación de personal. Cuando encajamos culturalmente con la empresa, queremos trabajar allí durante más tiempo.
Las emociones son otro factor del que no podemos prescindir y saber entenderlas y manejarlas, nos ayuda a afrontar mejor todo tipo de situaciones.
Asimismo, nos ayuda a conocernos mejor a nosotros mismos y a nuestro equipo, por lo que se fortalece la cultura de la empresa y el compañerismo.
En el entorno laboral es imprescindible que las personas que forman un equipo sean capaces de analizar datos, situaciones y contextos para lograr unos objetivos.
Independientemente del sector, sacar las conclusiones correctas tras ser presentados con cierta información es vital.
Puede que esta sea una soft skill más incipiente todavía. Pero han quedado atrás los tiempos en los que se creía que las profesiones técnicas no debían entrar en el terreno de la narrativa.
Saber elaborar una historia a través de datos es, en muchas industrias, imprescindible para poder comprender mejor el fin de ese producto o servicio. El storytelling dota de una dimensión humana a nuestra manera de comunicar y nos ayuda a conectar mejor con otras personas.
Estas son las más relevantes, pero, dependiendo de la empresa y de la industria, cada vez se necesitan más personas que cultiven tanto sus hard como sus soft skills. Este tipo de perfiles son los que, al fin y al cabo, las organizaciones querrán atraer para completar y mejorar sus equipos.