Un desarrollador web es un profesional de la programación que crea sitios web mediante la escritura de líneas de código. Comenzó a tomar más popularidad desde la creación de los lenguajes de marcado HTML y CSS. Estos no se consideran lenguajes de programación en su sentido estricto, pero se pueden combinar con otros que sí lo son, como JavaScript, Python, PHP, Java o Ruby. Para trabajar en desarrollo web se requiere el dominio de varias tecnologías. Aunque algunos desarrolladores web son autodidactas, muchos optan por completar un bootcamp (campamentos intensivos de programación) o matricularse en la universidad.
La función principal de este rol es la de crear páginas y sitios web (conjuntos de páginas), que sean funcionales y de fácil utilización por los usuarios. Para ello, dedican mucho tiempo escribiendo código, añadiendo librerías de recursos y otras tecnologías para que el sitio web cumpla con los requerimientos del cliente / empresa.
El backend es la parte una web encargada de que funcione. Los desarrolladores web, en mayor o menor medida según su rol, deben trabajar en el diseño y mantenimiento de lo que el usuario no ve, pero que es indispensable para su uso.
El front end es la parte visible y con la que los usuarios pueden interactuar. En muchas ocasiones, además de programar, los desarrolladores web deben colaborar con otros profesionales del diseño, experiencia de usuario o ventas.
Además de crear el sitio web (front y backend) los desarrolladores web deben asegurarse de que funcione con precisión y capacidad de respuesta. Se deben hacer continuamente tests y accionar el feedback del equipo de gestión de la calidad (QA).
Aunque pueda no parecerlo, la comunicación con clientes es crucial en esta profesión. Es habitual que los desarrolladores acudan a sesiones de feedback o de briefing para poder entender mejor las necesidades del proyecto. Por lo tanto, es necesario gestionar situaciones de todo tipo.
En programación, los bugs (errores) son inevitables, pero hay que mantenerlos a raya. El debugging (depuración) es necesario hacerlo desde el principio y constantemente, por lo que los desarrolladores invierten bastante tiempo en inspeccionar su código y ver posibles errores.
La rutina diaria de un desarrollador web varía dependiendo de si trabaja como freelance (autónomo) o como empleado a tiempo completo.
Los desarrolladores web empleados a tiempo completo suelen comenzar el día con una reunión del equipo de desarrollo (stand-up meeting, según la metodología Agile). Durante esta reunión, cada miembro del equipo analiza su trabajo del día anterior, sus tareas para ese día y si necesitan ayuda para seguir avanzado o resolver bloqueos. El resto de la jornada, en un día estándar, escriben código y/o depuran para su proyecto actual.
Un desarrollador web independiente generalmente comienza el día revisando su agenda y los próximos plazos. Después de priorizar, pasan gran parte del día trabajando en el código o depurando un sitio. Los desarrolladores independientes deben discutir regularmente el progreso con sus clientes, manejar tareas administrativas y buscar constantemente nuevas oportunidades de trabajo.
A la hora de programar, existen diferencias entre los desarrolladores front-end y back-end, pero todo el código generalmente se carga en un servidor de prueba central y/o en GitHub para una revisión final antes de la aprobación y publicación. A lo largo del día, los desarrolladores web pueden consultar con los compañeros o con los jefes de proyecto para discutir problemas y posibles soluciones. Los desarrolladores web deben estar acostumbrados a tener una respuesta rápida y estar preparados para manejar emergencias y errores urgentes que necesiten reparación.
Los informes de reclutadores especializados en tecnología arrojan unas cifras muy positivas. Un desarrollador web que conozca HTML, CSS y JavaScript puede comenzar ganando de 18.000€ a 23.000€ anuales. Conforme se gana experiencia y se aprenden más lenguajes, esa cifra va aumentando hasta llegar a los 50.000€ o 55.000€ anuales.
Según la Unión Europea, las profesiones relacionadas con la programación han aguantado (mucho mejor que otros perfiles) pasadas crisis y se espera que así siga siendo. De hecho, la demanda de estos profesionales no deja de subir, hasta el punto que el 58% de las empresas europeas tuvieron problemas para encontrar programadores.
El profesional de desarrollo web ideal tiene conocimientos de varios lenguajes de programación y habilidades de comunicación y servicio al cliente. Es una persona creativa, tanto técnicamente como resolviendo problemas, y debe manejarse tanto en frontend como en backend, aunque se especialice en una de ellas. Los desarrolladores web experimentados pueden avanzar para convertirse en desarrolladores web sénior o project managers dentro de una empresa.