En Internet hay muchos tipos de páginas web y, según su sector, cada una con su temática y objetivo. No es lo mismo una página web corporativa, cuyo objetivo es informar al usuario sobre sus servicios, que una tienda online que vende productos. No obstante, casi todas ellas comparten una serie de elementos en común: una cabecera (header), el contenido o cuerpo (body) y un pie de página (footer).
En la cabecera, también llamada header, solemos encontrar el logo o nombre de la empresa y el menú de navegación. El menú de indicará al usuario a qué sección del sitio web dirigirse. Por eso es importante que esté siempre visible. Ya sea de forma extendida cuando navegamos a pantalla completa o de forma contraída como aparece en los dispositivos móviles. Es interesante que el menú contenga un buscador para que el usuario pueda encontrar rápidamente un contenido si la web es muy extensa.
También es habitual encontrar sliders o carousel en la cabecera, con una presentación de fotos en buena calidad y que representen y transmitan la actividad de la empresa, ya que será lo primero que se vea en la página web. Es una buena idea que estas imágenes vayan acompañadas de texto que ayude al usuario a conocer mejor aún el contenido de la web que está visitando.
En el cuerpo de la página Web, lo que se conoce como body o main content, va el contenido principal de la página. El cuerpo puede estar estructurado a una o varias columnas en función del contenido. A veces vemos el cuerpo dividido en dos columnas. Una ocupando la mayor parte del ancho, unas 3/4 partes aproximadamente que es donde iría el contenido más relevante. Y otra parte ocupando el resto de ancho, 1/4 parte aproximadamente.
A esta parte se la llama sidebar. En esta zona encontramos espacios para publicidad, redes sociales, etc. Este tipo de distribución de columnas es muy habitual en blogs.
En el pie de página, también conocido como footer, es la zona que cierra nuestras páginas y donde encontramos generalmente la información legal (Política de Privacidad, Cookies y Condiciones de uso), información de contacto: teléfonos, dirección de la empresa, vínculos a Redes Sociales, etc.
Además de su estructura, nos encontramos con el esquema de la página web, haciendo referencia a cómo se distribuye el contenido a lo largo de sus secciones. Es muy importante el esquema, tanto para conseguir un buen posicionamiento en los buscadores, como para un uso adecuado de las etiquetas en el HTML.
La página de inicio, o home page, suele ser la página principal de nuestra web. Hay que tener en cuenta que aunque se llama inicio, los usuarios no tienen por qué comenzar la visita desde este punto. Una página de inicio bien estructurada, puede determinar que un usuario permanezca más o menos tiempo o que directamente la abandone de inmediato. Hay estudios que señalan que un usuario permanece unos pocos segundos en una web y si no ve nada interesante en ese periodo de tiempo abandonará la página.
De ahí la importancia de este elemento. Cuando hablamos de buena página de Inicio, nos referimos, entre otras cosas, a un buen diseño con el contenido bien estructurado, tiempos de carga rápido y por supuesto, que sea responsive, ya que a día de hoy el uso de los móviles o tablets se ha incrementado drásticamente.
Debido a que esta tendencia se acentúa año tras año, a la hora de crear diseños o wireframes de páginas web se comenzar con cómo se verían en formato móvil y luego en pantalla grande.
Habitualmente, el contenido principal de la web suele centrarse a modo de catálogo en productos clasificados por categorías, familias, etc. Se suelen clasificar de forma que facilite el entendimiento al cliente potencial para dirigir su atención a la sección que más le interese.
En algunos casos, es interesante contar con un Blog en la web. Su misión es tener informados a nuestros usuarios con contenido relevante para ellos y a la vez, poder captar un tráfico de orgánico a través del posicionamiento de keywords.
Uno de los objetivos que suele perseguir la web de una empresa, es conseguir nuevos clientes, por ello es importante que el usuario que entra a nuestra página web pueda contactar con nosotros fácilmente. Para ello podemos ofrecer al usuario botones y enlaces a lo largo de nuestra web, que le lleven a nuestra página de contacto.
La página de contacto debe contener un formulario sencillo en el que el usuario rellene solo los campos necesarios e imprescindibles. Que el usuario rellene más campos de lo habitual, podría significar que el usuario optara por no rellenar dicho formulario. También es habitual, en el caso de tener una sede física, que encontremos un mapa indicando la ubicación de nuestra empresa.
Un sitio web es un conjunto de páginas estáticas que entregan información. Por su parte, las aplicaciones web son plataformas principalmente interactivas que se centran en que los usuarios realicen acciones.
Esta diferencia fundamental determina sus principales objetivos, características y funciones.
En pocas palabras y de la manera más simple, es cada una de las páginas que muestran contenido. Está escrita con HTML y pueden incluir CSS, JavaScript, imágenes y videos.
Si la entendemos desde la perspectiva de un sitio web, una página es cada una de las pantallas de ese sitio. Por ejemplo, página de contacto, página de servicios, etc.
Es un conjunto de páginas web estructuradas en un dominio. Es muy común que las personas se refieran a página web cuando en verdad se trate de un sitio web completo.
Aunque no lo creas, una aplicación web también es un sitio web, porque todo conjunto de páginas dentro de un dominio es eso, un sitio. En pocas palabras, una aplicación web es un software creado con tecnologías web.
No es un sitio solo para consumir información. Tiene más funcionalidades como comprar, relacionarse con el cliente, catálogo de productos. Las aplicaciones web suelen ser el núcleo del comportamiento de la web y no solo la función de mostrar contenido.
Desde el punto de vista técnico, y sobre todo para proyectos de cierta envergadura, desaconsejamos el uso de generadores tanto para páginas, sitios o aplicaciones web. ¿Por qué? Además de mantener el control sobre tu proyecto, un desarrollador web profesional puede personalizar cada detalle a las necesidades de la empresa u organización, mediante el uso de librerías, frameworks y otras tecnologías para que el proyecto sea único y la experiencia del usuario sobresaliente.